CARACAS.- Fue a mediados de febrero de 1952. El estadio Olímpico de la UCV, inaugurado a finales de 1951 por los Juegos Bolivarianos y todavía con olor a cemento fresco, fue el huésped de la Copa Ministerio de la Defensa.
Este fue el primero de varios torneos internacionales de clubes que se disputó en el escenario de Los Chaguaramos. En julio de ese año se jugó la pequeña Copa del Mundo.
Madureira (Brasil) y los colombianos Sporting de Barranquilla y Deportes Quindío de Armenia llegaron a la capital venezolana, donde esperaban Universidad, campeón de la temporada de 1951, y el subcampeón de ese mismo año, Loyola Sport Club.
A los venezolanos no les fue nada bien. El equipo ucevista cayó 3-1 ante Sporting -el tanto local fue gracias a un autogol de Chompi-, y luego perdió 3-2 ante Madureira con doblete de José María “Che” Ardila.
El conjunto colegial empató 1-1 con Madureira, sucumbió 2-1 ante Sporting; en ambas ocasiones el gol local fue de Barzola, y dijo adiós con una derrota 4-3 ante Quindío con doblete de De Lucca y otro del delantero vinotinto de la época, Gastón Monterola.
PODER CAFETERO
El conjunto de la ciudad de Armenia se llevó la Copa Ministerio de la Defensa gracias a tres victorias y una igualdad.
El certamen dio el puntapié inicial el primero de febrero con el empate 2-2 entre Quindío y Sporting, un equipo que participó con argentinos, paraguayos y uruguayos.
El elenco del eje cafetero se levantó dos veces de la lona gracias a los gritos de gol de Gómez y Cazaubon.
El 7 de febrero, en un partido de alto voltaje, la oncena de Armenia derrotó 4-3 a un corajudo Loyola. Cazaubon abrió la pizarra al primer minuto de juego y después apareció un triplete de Alarcón.
El 12 de febrero, Quindío siguió con su buen momento en la cancha y superó con un angustioso 3-2 a los brasileños del Madureira. Alarcón, una vez más, cargó con el peso de la ofensiva con otro triplete.
Fue el partido más emocionante de la serie, jugado a sangre y fuego desde el pitazo inicial. Quindío ganaba 3-2 al minuto 85 y habiendo cinco más de prórroga, el encuentro se suspendió por la invasión del público cuando se forma la pelea más sensacional y sangrienta que el fútbol haya visto en muchos años (Segundo Cazalis, El Nacional).
Finalmente, el 17 de febrero, un rival barranquillero que había jugado cinco partidos en siete días no tuvo fuerzas ante Quindío, que ganó 2-0 para así llevarse la Copa a casa gracias a los goles de Demóstenes y Angulo.
“Quindío supo sortear todos los obstáculos para darnos un hartazgo de toda la emoción y el calor del espectáculo fútbol artístico. Quindío ganó bien, con calidad y técnica cuando hacía falta, con reciedumbre cuando se requería”, fue el análisis de la revista Élite.
Este fue el primero de varios torneos internacionales de clubes que se disputó en el escenario de Los Chaguaramos. En julio de ese año se jugó la pequeña Copa del Mundo.
Madureira (Brasil) y los colombianos Sporting de Barranquilla y Deportes Quindío de Armenia llegaron a la capital venezolana, donde esperaban Universidad, campeón de la temporada de 1951, y el subcampeón de ese mismo año, Loyola Sport Club.
A los venezolanos no les fue nada bien. El equipo ucevista cayó 3-1 ante Sporting -el tanto local fue gracias a un autogol de Chompi-, y luego perdió 3-2 ante Madureira con doblete de José María “Che” Ardila.
El conjunto colegial empató 1-1 con Madureira, sucumbió 2-1 ante Sporting; en ambas ocasiones el gol local fue de Barzola, y dijo adiós con una derrota 4-3 ante Quindío con doblete de De Lucca y otro del delantero vinotinto de la época, Gastón Monterola.
PODER CAFETERO
El conjunto de la ciudad de Armenia se llevó la Copa Ministerio de la Defensa gracias a tres victorias y una igualdad.
El certamen dio el puntapié inicial el primero de febrero con el empate 2-2 entre Quindío y Sporting, un equipo que participó con argentinos, paraguayos y uruguayos.
El elenco del eje cafetero se levantó dos veces de la lona gracias a los gritos de gol de Gómez y Cazaubon.
El 7 de febrero, en un partido de alto voltaje, la oncena de Armenia derrotó 4-3 a un corajudo Loyola. Cazaubon abrió la pizarra al primer minuto de juego y después apareció un triplete de Alarcón.
El 12 de febrero, Quindío siguió con su buen momento en la cancha y superó con un angustioso 3-2 a los brasileños del Madureira. Alarcón, una vez más, cargó con el peso de la ofensiva con otro triplete.
Fue el partido más emocionante de la serie, jugado a sangre y fuego desde el pitazo inicial. Quindío ganaba 3-2 al minuto 85 y habiendo cinco más de prórroga, el encuentro se suspendió por la invasión del público cuando se forma la pelea más sensacional y sangrienta que el fútbol haya visto en muchos años (Segundo Cazalis, El Nacional).
Finalmente, el 17 de febrero, un rival barranquillero que había jugado cinco partidos en siete días no tuvo fuerzas ante Quindío, que ganó 2-0 para así llevarse la Copa a casa gracias a los goles de Demóstenes y Angulo.
“Quindío supo sortear todos los obstáculos para darnos un hartazgo de toda la emoción y el calor del espectáculo fútbol artístico. Quindío ganó bien, con calidad y técnica cuando hacía falta, con reciedumbre cuando se requería”, fue el análisis de la revista Élite.
Cortesía de Eliézer Pérez. espererez@cadena-capriles.com